viernes, 2 de marzo de 2012

Habla una estatua


Empecé a creer un día
que dejar de creer era tomar un camino
y queriendo caminar
fue que entendido tomé mis riendas
para entrenarme
y versarme en una cosa
que me di a llamar amor

Con los dioses todos muertos
y el amor desendiosado
tomé tres palabras
                en corchea
                                mil silencios
y me dispuse a andar

Las caídas eran constantes
pero más de lo que ahora son
yo seguía tejiendo versos
                mortales
como el final de una canción
y de las heridas sangrantes
yo seguía viviendo
sin más venenos que los del amor

Dejó de importar ser bueno
como dejó de importar ser malo
se esfumó la lástima y la compasión
el desenfado y el rencor
Con los dioses se fueron las penas
las culpas, el dolor
el sufrimiento convertido
                                en insomnio
y la espera en reloj
vacante de tiempo
Con el más allá
se fue el futuro
y el presente se convirtió
                                en eternidad
No me di cuenta cómo es que pasaba
todo se fue y se quedó el amor

Pronto volvieron los golpes
las caídas
y los hielos en el corazón
pero lo acabado no volvería
ni los dioses ni el dolor
yo ya estaba entrenado
caminando en el amor

De cuando en cuando añoro
un poco de odio
                un poco de dios
confieso
                                un poco de envidia
por quienes esperan
el final de estos pasos carnales
por quienes creen tener prometidos
todos los cielos y todos los fantasmas
Yo aquí permaneceré versando
llorando o sonriendo
cuando los siga mirando partir
dejándome con los momentos
como una estatua de piedra
que con cincel y martillo
                todos golpean
para llevarse un trozo de cuerpo
y vivir para siempre
                con un pedazo de mi amor

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