sábado, 17 de diciembre de 2011

Costa Chica


       Acerca del Estado (In)Dependiente de Costa Chica se sabe de su imprecisa localización en algún lugar entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio. Su geografía  es ampliamente diversa, goza de un importante porcentaje de áreas protegidas que los políticos utilizan a conveniencia como argumento frente a cualquier cosa, desde las inundaciones, hasta el dolor de cabeza o la fiebre del cólera.  Una amplia biodiversidad le caracteriza, su flora va desde variedades de helechos, pasando por orquídeas y llegando a estadios nacionales de factura (sic) China, su fauna va desde ranas diminutas de colores brillantes, pasando por múltiples variedades de reptiles y arácnidos, hasta ex presidentes que comen tamales cuando se cansan del caviar. Costa Chica es el país más feliz del mundo (quien se atreve a decir lo contrario dentro de sus fronteras, corre el riesgo de ser apaleado) y además el país más pacífico del mundo (por favor omita la información contenida en la sección de sucesos de cualquier periódico local).

         Costa Chica es, además,  el único país en el que la labor crítica es considerada ofensiva, resentida y  chancletuda;  donde para ser Presidente dos veces basta con ser un zombie con un Nobel de la Paz, y donde para no ser homofóbico basta con tener uno o dos amigos “gay”, de igual forma,  para no ser machista basta con tener amigas mujeres y para no ser señalado de xenofóbico basta con tener un par de amigos nicaragüenses. Es el único país del mundo en el que las manifestaciones artísticas conocidas por las masas se reducen a unas cuantas esculturas repartidas a lo largo de todo el territorio y que misteriosamente coinciden con el número de próceres de la patria (héroe{s} de guerra, futbolistas, ondinas, empleados de la NASA, y uno que otro busto de algún escritor o escritora). Es un estado libre e (in)dependiente, es decir, usted puede hacer lo que a usted le dé la gana siempre y cuando la Iglesia Católica se lo permita (en caso de duda en éste punto, consulte la Constitución Política de Costa Chica, o eleve{sic} su queja al Vaticano), valga además la aclaración de que si usted se auto define ateo o no-creyente en Costa Chica, y además le gusta escuchar “metal”, es de inmediato categorizado como éticamente malvado, o sea, que su estatus moral colinda más o menos con el de Satanás.

            Atrévase a venir a Costa Chica, sin duda se va a reír muchísimo antes de que se le desprenda un riñón con alguna de las zanjas que ornamentan las calles de las zonas populares (y valga esta salvedad de “zonas populares” puesto que en otras soleadas autopistas, de mejor hechura, sus riñones difícilmente corren peligro). Así que venga y disfrute(nos) y goce(nos) que eso es lo que sin duda nos hace más felices. 



2 comentarios:

  1. En broma (pero en serio): No tengo ningún problema en ser etiquetado como malvado (por lo del metal) me encanta! (el metal y lo malvado)

    En serio (no es broma): Elimina los textos entre paréntesis y el texto será de mucha más calidad.

    Saludos!

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  2. Claro German, a mi tambien me encanta la etiqueta de "malvado" en referencia al metal, sobre todo en un contexto como este! Y lo del exceso de parentesis, me parece que tenes razon, creo que se debe a que fueron pensadas mas como notas al pie que como parentesis, pero tenes razon con lo apuntado!

    Saludos, me alegra mucho cuando te das la vuelta por el blog!

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