Ella llegó sonriendo y lo encontró
llorando. Mientras seguía carcajeándose, entró
otra persona, y al verlo llorando, empezó a llorar, luego entró
otra persona e hizo igual. Al pasar del tiempo, ya había llegado todo el
barrio, toda la provincia y luego de unas horas todo el país lloraba; menos
ella, quien era la única que permanecía sonriendo. Así pasaron los días y los
meses y la epidemia se extendía, entonces ella, cansada de sonreír, empezó a llorar como el
resto. De inmediato en el fondo se escuchó el principio de una leve
sonrisa.
Este breve realto está bien, pero yo esperaría hasta ver un poco más a la escritora lucir sus habilidades y destrezas, antes de arriesgar cualquier comentario más serio.
ResponderEliminarSabroso, pero suavicemos la rima interna eliminando en la segunda línea "mirándolo" y "y al verlo llorando"
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Donaldo Altamirano por pasar a comentar! Te cuento: la escritora es escritor, si es que el detalle afecta realmente en algo! :) Lo que no se es de que manera se podrian lucir esas habilidades o destrezas, o si es que las hay del todo. Mientras lo averiguamos, te invito cordialmente a darte una vuelta por las entradas a partir del mes de Julio donde podes encontrar aleatoriamente algunos trabajos de narrativa breve y microtextos. A lo mejor asi te arriesgues. Muchisimas gracias por pasar y comentar, espero que volvas pronto.
ResponderEliminarGerman! tenes razon, sobre todo si se lee en voz alta, porque no quedaria rimado propiamente hablando, sino mas bien cacofonico!