jueves, 4 de octubre de 2012

Acuse de recibo



Tenés acceso ilimitado
a mis honduras
al armario donde escondo
todas mis máscaras
No he escondido ninguna para vos
los papiros oscuros
de mis ojos
están escritos en un código
que desde tiempos y lugares remotos
sólo vos conocés
Pero los conocés ocultos
guardados en tu propio laberinto
es precisa una reminiscencia
para que los descubrás
Cabalgan desbocados
tras los velos de tus verdades
tras el ritmo de la sangre
                vagante
de tus venas
tras el vértigo de tus deseos
cancelados
Te espero en tus próximos versos
donde estoy yo
donde siempre he estado
donde una tormenta se sienta
a esperar
y murmura un “así sea”

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