Era la raíz cuadrada de una
espina dorsal, u otra cosa así de absurda, no importa. Me vio cuando venía
bajando y lo que le pareció más cómodo fue decirme alguna estupidez sobre mi
conciencia de clase. Ella, toda una raíz cuadrada de una espina dorsal… algo
así como una rosa de los vientos sin norte, un absurdo. Luego la vi convirtiéndose
con un anochecer en media mañana, pero decidí no decirle nada, las cosas
cambian así de un día para otro y a uno de repente le toca pensar en el
suicidio o cosas un poco más drásticas, como la vida eterna.
Claramente, pensará usted, puede
que esté siendo un poco dramático, lo cierto es que en toda esa suma de cosas que
al final no importan: la vida, la
retórica, la muerte, la opinión, el amor, la ironía, el odio, los versos y el
pensamiento, entre otros, solo queda la certeza de que el sentido reside
irrefutablemente en el ombligo de un oxímoron. Sin embargo, comprenderá usted,
cuando lo increpan a uno así, como si todo en la vida tuviera una
respuesta, no queda clara otra cosa más que la oscuridad….
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