miércoles, 16 de mayo de 2012

Joker


Desde pequeña gozaba viendo películas de payasos diabólicos, esas que me hicieron detestarlos  para siempre y, probablemente, una de las excusas para la amargura posterior. No es para menos, ella es una bromista y yo-no-soporto-a-los-bromistas. Son incluso un poco peores que los payasos, porque estos últimos sostienen la broma mientras sostienen el maquillaje, sin embargo, los bromistas naturales como ella, usan otra indumentaria, de manera que no hay maquillaje que quitar; ni tampoco puede tener uno la esperanza, de chiquillo, de que la película se acabe o de que alguien apague el tele.
El último día que nos vimos no fue diferente: llegó llorando desconsolada, a punto de un desmayo, con un sufrimiento impresionatontos, pero honesto, tatuado en la mirada. Llegó mostrando pedazos de su cuerpo a través de escotes y enaguas enajenantes, y los latidos agitados del corazón hacían de sus tetas un par de fuentes de la eterna juventud a punto de explotar. Cuando finalmente, como buen espectador, me creí la broma, la tuve que abrazar, besar, o más bien eso que habría que llamar tentaculear. Luego, mientras seguía aun llorando, con un sufrimiento indecible, se quitaba la blusa, la enagua y luego el sostén que terminó por catapultar las fuentes. Yo me dejaba llevar, ni bruto que fuera, y el proceso de tentaculación era sinceramente cada vez más divertido. El público que llenaba las butacas de mis deseos y de mi imaginación, vitoreaban y aplaudían desde mis adentros, y empujaban  gritos hacia afuera que parecían lágrimas o risas, yo que sé. En un par de minutos estábamos  llenos de lágrimas y de sudores mancomunados. El par de fuentes, las nalgas y aquellas piernas en vivo y a todo color, terminaron por hacerme creer por completo la broma.
Mi público aun aplaudía cuando ella se secó las lágrimas y el sudor, escondió la indumentaria de su cuerpo -de broma- entre lo que quedó desarrugado de sus ropas y se marchó sin decir nada, ni media palabra. Por alguna razón detesté una vez más a los bromistas y las películas de payasos diabólicos que uno nunca sabe cuándo van a terminar.  

4 comentarios:

  1. Camarada Campos:

    Disfruté este trozo de literatura.

    Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

    Frank Ruffino

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Frank, bienvenido seas con tus lecturas y tus comentarios, gracias por pasar!

      Saludos!

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  2. parcero lo felicito por este corto relato ya que soy un amante a los payasos jokers arlequín ´s y todo lo referente a esto muy bacano desde Colombia te mando mis mas fervorosas felicitaciones...

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  3. Muchas gracias por el comentario Cristian, bienvenido al blog!

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