Una lectura de la novela de Jorge Jiménez
“I told
you I was trouble, you know that I’m not good”
Amy Winehouse
A Jorge Jiménez, quienes recientemente medio lo
conocen, han de saber apenas que es un filósofo (o un enano) que escribió una
novela con la que ganó en el 2012 el Premio Nacional de Novela. Yo por mi
parte, al alter-ego del Enano lo conocí como profesor mientras estudiaba en la
UCR. La Escuela de Filosofía de la UCR tiene la característica de que es
bastante flexible y uno puede escoger, de un bloque de cursos de filosofía
social y política, prácticamente lo que le ronque llevar. Fue así como se me
fue toda mi cuota llevando los cursos ego-maniacos de Jorge. No es poca cosa,
valga decirlo, tomar ese camino me valió no llevar (o por lo menos no necesitar
llevar) los famosísimos cursos de Helio Gallardo, lo que es equivalente a ir al
único zoológico del mundo que tiene dinosaurios, y no ir a ver al Tiranosaurio
Rex. Entonces, mientras todos mis compas andaban leyendo Marx y sus derivados,
yo asistía a los cursos de Jorge con temas como The Beatles, las contraculturas
de los 60’s, Pink Floyd, A Clockwork Orange, las dos caras de Jano, Jim
Morrison, las vanguardias artísticas contemporáneas, Borges, The Sex Pistols,
Janis Joplin y la parafernalia psicodélica. Fue en uno de sus cursos donde conocí
a Cioran, quien posteriormente se convirtió en uno de mis filósofos de
cabecera. Mi tata, quien por aquel entonces andaba siguiéndome los pasos filosóficos
disidentes, fue también víctima alegre de las locuras de Jorge quien un día los
hizo disfrazarse y entrar pegando gritos de carnaval y golpeando chunches a uno
de los cursos apolíneos de Juan Diego Moya. ¡Enano situacionista!. Mi tata lo
disfrutó muchísimo y el mismo Juan Diego se cagó de risa.
Pero bueno, dejemos las remembranzas de carajillo romántico
y vamos a lo que vinimos. Jorge forma
parte de esa arista intelectual desconocida en Costa Rica y como una hormiga (o
un enano) hace un brete con grandes incidencias en bichos raros de mi calaña. Es
un tipo increíblemente creativo y crítico que me impulso a empujar los límites
de mi actividad literaria. Sobra decir que mi sorpresa fue grata cuando supe de
la noticia de que había ganado el Premio Nacional, un premio hasta hace poco,
reflejo de la prehistoria literaria en la que se encuentra Costa Rica.
La novela de Jorge es una aventura a través de todas
sus pasiones, a través de todos los viajes alucinantes que Jorge se toma con
tanta seriedad en sus cursos. Hay solo dos tipos de escritores en Costa Rica:
los buenos y los malos, así como en las caricaturas de la Liga de la Justicia,
pero eso es un denominador común a lo largo de toda la literatura universal. Los
de la estirpe de Dostoievsky y los de la estirpe de mierda de Coelho. Los
escritores malos son una peste incurable. Los escritores buenos, por lo menos
en Costa Rica, se dividen a su vez en dos partes: los que quieren enseñar a
leer y los que escriben para gente que ya sabe leer. Los primeros utilizan
formas tradicionales de trama, contenido y forma para entregar sus mensajes.
Los segundos son los que estiran los textos, los destrozan, los segregan y
estimulan así, con una propuesta estética, la actividad imaginativa del lector;
este es (era de esperarse) el caso de la novela de Jorge.
La novela narra las metamorfosis de este enano poliforme
que es una y otra cosa o que es a la vez distintos matices de la misma cosa, que
es yo, que es usted, que es Jorge, o bien, pura alteridad. Es el dibujo de un
Enano a veces amable, a veces grotesco, lleno de mierda, que se le sale un ojo baboso y se lo vuelve a
poner y que le gusta la música, un enano que es a la vez otro enano (un alter)
y a la vez un espejo. “Enano de pies
cuadrados, uñas de plomo tierno y sonrisas de programa barato de televisión.
Este enano es pura literatura” (El
Enano… pag55.) Pero es un Enano que
no usa lenguaje, sino que es lenguaje. “Lenguaje
de onomatopeyas. Así, como esos animales que con un bufido relatan toda la
historia universal” pag22.
Un enano que es una entidad viviente, pero es también
un punto de vista ego maniaco, o alter ego maniaco de nuestros propios egos. “Ya he declarado que soy un Enano
voluntario. El lector podrá apreciar la diferencia. Lo mío no es un asunto del
destino. Ni únicamente una celada biológica. Soy enano a voluntad. Así como
larga-larga es mi mano” pag26. El dibujo de Jorge propone un humano
sobre-humano que se re-humaniza con la muerte. Un Enano que creyéndose
inmortal, muere y es extrañado por quienes, al estilo del Grenouille de Suskind,
han ignorado siempre su existencia, es decir, por los otros, los alter, e
inclusive por su propio ego. Una existencia que es ignorada y se ignora a sí
misma siendo humanidad. Un enano que resemantiza la muerte y a la vez el terror
de la vida “La muerte es nada. El terror
es su transcurso” pag129.
Afirmar, sin embargo, que la novela de Jorge es una
novela filosófica, sería una tremenda injusticia y una reducción a polvo de su sugerencia
de que por más enano que el enano sea, tiene una mano larga-larga-larga. Es
decir, la simiente de la rareza adorable-odiosa de este Enano hijueputa, reside en su cuerpo, en su humanidad. Una
humanidad que es texto (tejido), que es escritura, y un texto que es a su vez
el mundo. El mundo del enano es el texto y cuando acaba el texto acaba el mundo
con todo y enano “El fin del mundo. Después
de todo, el fin del mundo es el final de un relato-y nuestra vida no es más que
un relato-.”pag131. Somos puro cuento.
Es estilo ha sido claramente una preocupación para el
autor. Es un cultivo de brevedades. Un producto de las largas lecturas de
Borges y de Cioran. Nada sobra. Incluso los elementos discursivos que pueden a
primera entrada parecer excesivos y apasionados, se entregan en dosis tan pequeñas
que se convierten en un experimento gramatical e interpretativo para el lector
agudo y quizás un viaje onírico, alucinatorio para quienes no están versados en
los textos-Enano. “El enano es pura escritura automática.
‘Enano de contextura mediana, más bien alta… se trata en verdad de un Cadáver
Exquisito’, decía el dictamen del forense autenticado por sellos y timbres
mortuorios. Su autopsia fue todo un éxito” pag69. Hay un uso dosificado de
la imagen (aunque el texto total es una gran metáfora) y los juegos etimológicos
y morfológicos de las palabras resultan en un ritmo bebop, a la manera de Cortázar que hacen que las 132 páginas se
lean de corrido. El uso del lenguaje coloquial es coherente y sin pose de
pachuco “El mundo es una digestión
fermentada por dientes y saliva, insiste el Enano. Nos devoramos los unos a los
otros, mientras proclamamos el amor al prójimo” pag109.
En fin. Una novela pequeña con la que Editorial
Arlekin se pone una flor en el ojal. Sin duda una muestra de lo que la
literatura nacional es capaz de dar y sin duda un adelanto de lo que podemos
esperar de ese Enano misterioso que da cursos enanos en la UCR, Enano doctor,
Enano filósofo, Enano escritor, Enano alter ego.
Que rico conocer gente asi!
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