Hoy cuando
venía del brete, por alguna razón tenía puesta una emisora de esas que pasan
todas las canciones que están de moda, los top hits, esas que todo mundo canta y que uno se las aprende antes
incluso de haberlas escuchado. Generalmente me pasa lo mismo cuando antes de
bajarme del carro saco el disco que vengo escuchando y al subirme otra vez,
el radio está puesto en cualquier emisora. Con cambiar el dial, el problema se
resuelve, sin embargo hoy, con cierto morbo masoquista, me quedé escuchando.
¿Por qué es que considero que toda ésta música es mierda?, me pregunté muy
serio y las cancioncitas empezaron a dar las respuestas...
Antes de seguir adelante
con la correspondiente basureada, vamos a aclarar ciertas cosillas acerca de la
música popular: no se trata aquí de desprestigiarla desde parámetros clásicos
ni ninguna estupidez por el estilo, sino, por el contrario, lo que me interesa
es dejar claro que hacer música popular no tiene porqué ser un sinónimo de
hacer porquerías. La música en general, hasta hoy día, sigue
siendo armonía, melodía y ritmo, la cuestión de las letras fue un agregado
posterior común sobre todo en la música popular. Esto tiene sentido si se
considera la capacidad del lenguaje verbal para portar musicalidad y ritmo. Es
precisamente aquí donde considero que empieza el problema, pues para dotar un
texto de musicalidad y ritmo (eso que llamamos poesía) se requiere mucho más que la
capacidad de habla.
La cuestión de la
musicalidad y el ritmo en la poesía es un tema de largo hilar, lo que sí está
claro es que algunos de los compositores de música popular no saben nada de
poesía y consideran que ésta es algo así como hablar con rima. Pero rima en un
sentido muy lato, sin especificaciones de disonancia o asonancia, rima
entendida como la capacidad de juntar “corazón” con “calzón” sólo porque
terminan en “ón”, no es rima es un espectro fonético, sino en un espectro
silábico de sílabas mal contadas o no contadas del todo. Da igual rimar
“también” con “bien” aunque sea un insulto para la creatividad. Entender la
rima de ésta forma da pie para una sarta de atrocidades de tipo verbal.
“Tengo un pobre corazón
que
a veces se rompió
se apagó
Pero nunca se rindió
entre estrellas de cartón
perdí la ilusión” Alejandra Guzmán
Reducir
la rima y la métrica a puras formas verbales en pasado (rompió, rindió, apagó)
o facilismos como utilizar sustantivos terminados en “ón” es lo que yo llamaría
rima de reguetonero. Algo así como “hágalo que calce a como dé lugar”. La rima
de reguetonero es impresionante:
“Daddy Yankee yo..., oh ah, oh ah,
oh ah, oh ah,
Yankee nos fuimos hasta abajo,
Que, seguroski cabroski que todas las gatas se agarren los meloski
hasta abajo que muevan ese culoski
que esta noche nos fuimos al garetoski” Daddy Yankee
Yankee nos fuimos hasta abajo,
Que, seguroski cabroski que todas las gatas se agarren los meloski
hasta abajo que muevan ese culoski
que esta noche nos fuimos al garetoski” Daddy Yankee
O los muy estimados versos:
“Los que nunca bailan que se quedan
arrinconaos
Sin levantarse con los huevos pegados al
muslo bendito
Los que huelen a meados de viejito
A esos son los que yo resucito
Y les devuelvo el apetito” Calle 13
Que
quede claro que no estoy haciendo una censura ideológica del contenido de esta
música, eso representaría suficiente material de discusión para un montón de
páginas, aquí me estoy refiriendo específicamente a estilo literario y calidad
musical que dicho sea de paso ambos factores están ausentes en los tres ejemplos
anteriores. No podría decir uno que una pieza es muy buena porque tiene gran
letra aunque su música es horrible pues estaríamos hablando de un poema y no de
una canción. Desde un punto de vista artístico, sería un producto mal acabado,
no atiende la intención del autor.
Pero
en fin, hay más ejemplos de porqué cierta música califica como mierda (con el
perdón de la mierda) y sólo voy a utilizar uno más para no abusar con la
extensión del texto. He aquí una demostración de cómo se puede hacer una
compilación vergonzosa de los elementos retóricos:
“Que estás haciendo tu?
que estoy haciendo yo?
malgastando en cualquier cama
lo que se nos dé la gana
pa vengarnos de los dos
que estoy haciendo yo?
malgastando en cualquier cama
lo que se nos dé la gana
pa vengarnos de los dos
Que hace un 30 de febrero
que hace un rey sin heredero
y que estoy haciendo yo?
sin ti...” Ricardo Arjona
que hace un rey sin heredero
y que estoy haciendo yo?
sin ti...” Ricardo Arjona
Bueno, creo
que el ejemplo se explica por sí mismo, la única relación que puedo ver yo
entre un 30 de febrero (que no un 29) un rey sin heredero y lo que está
haciendo Arjona, es la fórmula que resulta de tener una estrofa musical
pendiente y un millón de estupideces en la cabeza. Utiliza el recurso de la
pregunta como instrumento para impresionar tontos. Y seguramente la separación
de las estrofas es lo que sirve para que el agudo lector comprenda que lo que
hago yo sin ti, es lo que hace un 30 de febrero (¿?). Ni siquiera un exegeta
importado desde el siglo II sería capaz de desenrollar semejante galimatías. En
algún lado me pareció escuchar que Arjona dijo que Silvio Rodriguez era una de
sus influencias. ¡Pobre Silvio!
En realidad
no se trata de pedirle a la música popular que proponga una tesis de grado, y
por supuesto, también es entendible que no todas las veces se logre una buena
obra. El cuestionamiento que hago se refiere no sólo a cuántos de los autores
se han cuestionado su obra antes de sacarla a la luz, sino cuántos de nosotros,
cómo receptores de estos mensajes artísticos, nos hemos cuestionado las “obras”
a las que nos estamos exponiendo. Parece una nimiedad, sin embargo, todo lo que
escuchamos está gestándose en nuestro cerebro y lo está alimentando. Cabría
pensar en una dieta.
La música
popular puede ser sin duda un espacio para el juego. Pensemos por ejemplo en
“Los Orozco” de León Gieco, un experimento literario que utiliza solamente la
vocal “o” a lo largo de toda la letra. O por ejemplo Silvio haciendo uso del
elemento de la pregunta en “Adónde van”:
“¿Adónde van las palabras que no se quedaron?
¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón,
o se acurrucan entre las hendijas,
buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van...?
¿Adónde van?” Silvio Rodríguez
¿Adónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón,
o se acurrucan entre las hendijas,
buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y adónde van...?
¿Adónde van?” Silvio Rodríguez
Y bueno,
luego de que alguien le pase una copia del disco a Ricardo Arjona pues sin duda
nunca lo escuchó, que por favor se den una vuelta por donde Chico Buarque y se
traigan un par de joyas literarias como ésta:
“Como beber dessa bebida amarga
Tragar a dor e engolir a labuta?
Mesmo calada a boca resta o peito
Silêncio na cidade não se escuta
De que me vale ser filho da santa?
Melhor seria ser filho da outra
Outra realidade menos morta
Tanta mentira, tanta força bruta” Chico Buarque
Tragar a dor e engolir a labuta?
Mesmo calada a boca resta o peito
Silêncio na cidade não se escuta
De que me vale ser filho da santa?
Melhor seria ser filho da outra
Outra realidade menos morta
Tanta mentira, tanta força bruta” Chico Buarque
Pero aquí se
me podría preguntar si en realidad considero que alguien que no tiene el
talento de Silvio, de Chico Buarque, Bob Dylan, Roger Waters, John Lennon, etc,
no debería escribir canciones. En realidad no pienso eso, sería maravilloso
tener más compositores como ellos, pero no es para nada realista. Creo que mi
reclamo va un poco más dirigido hacia la honestidad del proceso creativo. ¿Por
qué ponerle cualquier letra a una canción sólo porque está hecha para ser
bailada y no escuchada? Creo que lo más honesto sería dejarla del todo sin
letra, al estilo del trance u otras
formas de la música electrónica, o incluso, porqué no, algunos temas clásicos
de cumbia. Utilizar la moda o rimar con “zacate” los personajes de “combate”
quizás brinde un poco de fama y fortuna, pero sin duda no es una garantía de
estar realizando buen arte. “Como decir que Madonna es puritana y
conservadora/ O asegurar que Donald Trump vive en un departamento en mora/ Y
que Lucía y la Vero se adoran/ Y que Pablito Ruiz canta en la nueva trova” Arjona
dixit; en una sóla estrofa encaramó a Trump, Madonna, Lucía, la Vero, Pablito
Ruíz y la Nueva Trova, una demostración más de que a éste compa le basta su
Enciclopedia Ilustrada Vanidades para hacer una canción.
¡Yo pido arte y los
invito a pedir arte! La estupidez y el adormecimiento pueden ser contagiosos y
sin duda entran por los sentidos.
Me parece muy ofensivo la parte en la que compara a la mierda con Arjona, la mierda es buena porque ahí esta todo lo que el cuerpo no pudo aguantar por el contrario Arjona se mete por los oídos y mata neuronas a la fuerza sin que uno lo invitara a entrar :) En efecto pobre Silvio.
ResponderEliminarJajaja, así es María, toda una ofensa para la mierda!
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