"Reloj blando en el momento de la primera explosión", Dalí |
Siempre me reclamó que a todo llegara tarde. Ella
era de esas personas que llegaba temprano a la escuela, al trabajo, a las
reuniones familiares y a los bailes de los amigos. Llegó de primera a su matrimonio,
a su divorcio y obviamente a su
reconciliación. Cualquier cosa a la que
se pudiera llegar temprano era buena para ella.
El día de su vela todos estábamos presentes. Llegamos temprano para
llorarla con tiempo, tomamos café durante toda la madrugada y a la mañana
siguiente la enterramos. Agarramos puñados de tierra y la tiramos sobre el
hueco, cerramos la lápida, nos secamos la lágrimas y luego de un rato hasta nos
olvidamos de ella. Ese día llegó tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario