Tomó la birra
y la emputeció con dos cubos de hielo
la copa de tinto
la dejó enfriando en la nevera
al café
le puso mil cucharadas de azúcar
Como si fuera poco
la esperanza la mandó al pasado
donde de nada sirve
y los recuerdos a una superficie
donde
no pesan nada
No bailó jamás
músicas vitales
y
las músicas de muerte
las enterró con la mustia bandera
de las guerras olvidadas
Yo lo veía desde afuera
tirando
por el barranco los elementos
y con la cura de los desperdicios
alimento ahora los preclaros insomnios
de donde salen las mejores recetas
donde
siembro lecciones
y cosecho paz a cada momento
pues sigue siendo importante
hasta para equivocarse
conservar a todos los momentos
en su respectiva altura.
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