Hablar con
seriedad acerca de lo que acontece en Facebook más que una cosa vana, es en
realidad algo que no está de moda. Lo que está de moda es hablar del Facebook
con desdén, como si fuera apenas un accesorio de nuestra vida cotidiana, como
quien no quiere la cosa. Sin embargo, pese a que no sé cómo andan las
estadísticas, creo que el Facebook constituye buena parte de la rutina diaria
de casi tod@s, para algunos en una medida más conservadora, pero para otros,
gracias a los teléfonos celulares, es una cuestión literalmente de todo el día.
Todas estas
obviedades son lo que me motiva a pensar que el Facebook no es para nada un
evento aislado, sino por el contrario, y le pese a quien le pese, uno de los
más importantes y efectivos centros de discusión, autoflagelación y exposición
social actualmente. Sin pretender tampoco sobrevalorar su importancia, es claro
notar como desde los ‘muros’ (no podría ser más apropiada ésta palabra) se
dejan salir todo tipo de berrinches y exposiciones de un entramado moral con
consecuencias en muchos casos inquisidoras. ¿Quién no ha sido al menos testigo
de un empedramiento virtual?
Hay todo un
código moral complejo gestándose en las redes. Veamos ejemplos:
Los
enamorados/no tierrosos: es el caso de el o la que dice que el Facebook no le interesa
para nada y que le parece una polada al mejor estilo de Combate o Intrusos,
critica las fotos que las “tierrosas” (personas usualmente dotadas de belleza
natural, pero con un sentido del estilo más o menos a la altura de un estornudo
de elefante) se toman haciendo poses
sexy y las señala de modelos frustradas listas para la portada de La Teja. Pero
cuando se compromete o se casa atiborra el muro con fotos cursis y patéticas de
cuento de hadas con el o la pareja para que todos vean lo que es LA verdadera
felicidad.
El
activista: es el caso del activista pro-vida, pro-ecosistemas, pro-animales,
pro-loquesea al que le parece una atrocidad que en las redes sociales se hable
de tema alguno que no se relacione con los que son de su interés. Cultiva una colección
de fotos de niños golpeados o muertos (muy parecido a la porquería de
propaganda vulgar en contra del aborto que anda rodando por ahí), mascotas
heridas, bosques quemados, focas golpeadas, tiburones aleteados, etc, y le
parece digno de la hoguera que todos no seamos suficientemente conscientes para
adoptar una mascota.
El
terrorista: éste es el que amenaza con remover del Facebook a quienes: 1-manden
invitaciones para juegos, aplicaciones y demás estupideces, 2- suban videos de
Justin Bieber y mensajes de autosuperación, 3-quienes hagan spam con frases
apócrifas de Bob Marley, 4-hablen de religiones no cristinas, sean ateos o
gusten de la crítica política, 5-no le den ‘like’ al menos al 99% de sus posts.
Estos son fáciles de distinguir porque generalmente ponen en sus status: “haciendo
una limpia [insértese aquí tono tenebroso] en el face, si estás interesado en
mi amistad, mandame un mensaje privado o dale like a éste post”…
El consciente:
éste es el caso de quien de repente toma conciencia de que en el mundo hay
problemas y decide hacer prédica de todo. “Es una barbaridad que a la Sele la pongan a jugar bajo la nieve,
hagamos una manifestación en el partido contra Jamaica”, pero le parecen unos chancletudos
de la peor calaña, miembros activos del Frente de caminatas Kamlung, los vagabundos que van a manifestarse por
mejores condiciones para los empleados de la CCSS. Se quejan de la pobreza, la inseguridad,
las malas condiciones de las carreteras, pero cuando se refieren a movimientos
sociales, hablan peyorativamente de comunistas, resentidos, desocupados y
demás. Les gusta Pablo Cohelo, Ricardo Arjona (no podía faltar) y van a votar
por Johnny Araya porque “¿si no es por él, por quién?”…
El personaje
de cuento de hadas: este es el caso de quienes ven en el Facebook la solución
de sus problemas sentimentales y todo lo demás les parece un accesorio. Esta
por ejemplo la que tiene complejo de Rapunzel o de Bella Durmiente y sus posts
siempre van por la línea de “sé que debo tener paciencia, pronto llegara el
hombre justo para mi, bello por dentro y por fuera” [insértese aquí información
de contacto para aquellos sapos interesados en que la princesa los bese], o del
tipo “me siento sólo, extraño tener a alguien con quien conversar” y a este le responden sus amigos con cientos
de like’s y respuestas del tipo “no estás solo, puedes llamarme cuando quieras”.
Estos personajes de cuentos de hadas son los que en cuanto se consigue la
parejita, encaraman en el face todas las fotos que demuestren su felicidad
porque –cualquiera lo sabe- las fotos son las pruebas fehacientes de que la
felicidad existe…
En fin, los
ejemplos abundan y a usted, amable lector, sin duda ya se le habrán ocurrido muchos
más. Lo cierto es que sea como sea el Facebook es un generador activo de
opinión y crítica (argumentada o no) que devela nuestros más íntimos
prejuicios. Sería bueno de vez en cuando meterse al Facebook con un espejo para
ver desde donde estamos observando. Si hay razón o no, ya usted juzgará, lo
cierto es que hay un proceso de selección/discriminación que en el diario vivir
no queda tan claro como en el face,
una exposición de ideologías y moralismos que de no ser por las redes sociales,
muy probablemente escaparían de nuestro entendimiento. Hay sin duda una
compleja (y acaso peligrosa) tiradera moral desde el muro-púlpito del Facebook.
El problema de facebook es lo que sus usuarios revelan a través de lo que podría ser una útil herramienta. No es que la gente de hoy en día sea más estúpida que los de generaciones anteriores, es que ahora hay un nuevo medio para dejarlo en claro.
ResponderEliminarPor eso una vida sin facebook suele ser liberadora.
Saludos :)