lunes, 25 de marzo de 2013

Mi padre

Mi padre me ha visto así
y no me ha preguntado por la causa
pero yo lo vi 
            en mi espejo
como el inefable
fruto de mi destino

Extrañándolo me he extrañado;
mi padre ha venido a tientas
desde la distancia
para abrazarse a su presente
            en mi espejo
y su sonrisa de gratitud 
de nuevo me levanta
y me dice
"todo va a estar bien"

Pero yo despierto
a solas
en mi cama
otra vez

                          17/junio/2012


Moralina aplicada desde el púlpito de Facebook



       Hablar con seriedad acerca de lo que acontece en Facebook más que una cosa vana, es en realidad algo que no está de moda. Lo que está de moda es hablar del Facebook con desdén, como si fuera apenas un accesorio de nuestra vida cotidiana, como quien no quiere la cosa. Sin embargo, pese a que no sé cómo andan las estadísticas, creo que el Facebook constituye buena parte de la rutina diaria de casi tod@s, para algunos en una medida más conservadora, pero para otros, gracias a los teléfonos celulares, es una cuestión literalmente de todo el día.

         Todas estas obviedades son lo que me motiva a pensar que el Facebook no es para nada un evento aislado, sino por el contrario, y le pese a quien le pese, uno de los más importantes y efectivos centros de discusión, autoflagelación y exposición social actualmente. Sin pretender tampoco sobrevalorar su importancia, es claro notar como desde los ‘muros’ (no podría ser más apropiada ésta palabra) se dejan salir todo tipo de berrinches y exposiciones de un entramado moral con consecuencias en muchos casos inquisidoras. ¿Quién no ha sido al menos testigo de un empedramiento virtual? 
    Hay todo un código moral complejo gestándose en las redes. Veamos ejemplos: 

         Los enamorados/no tierrosos: es el caso de el o la que dice que el Facebook no le interesa para nada y que le parece una polada al mejor estilo de Combate o Intrusos, critica las fotos que las “tierrosas” (personas usualmente dotadas de belleza natural, pero con un sentido del estilo más o menos a la altura de un estornudo de elefante)  se toman haciendo poses sexy y las señala de modelos frustradas listas para la portada de La Teja. Pero cuando se compromete o se casa atiborra el muro con fotos cursis y patéticas de cuento de hadas con el o la pareja para que todos vean lo que es LA verdadera felicidad. 


         El activista: es el caso del activista pro-vida, pro-ecosistemas, pro-animales, pro-loquesea al que le parece una atrocidad que en las redes sociales se hable de tema alguno que no se relacione con los que son de su interés. Cultiva una colección de fotos de niños golpeados o muertos (muy parecido a la porquería de propaganda vulgar en contra del aborto que anda rodando por ahí), mascotas heridas, bosques quemados, focas golpeadas, tiburones aleteados, etc, y le parece digno de la hoguera que todos no seamos suficientemente conscientes para adoptar una mascota. 


        El terrorista: éste es el que amenaza con remover del Facebook a quienes: 1-manden invitaciones para juegos, aplicaciones y demás estupideces, 2- suban videos de Justin Bieber y mensajes de autosuperación, 3-quienes hagan spam con frases apócrifas de Bob Marley, 4-hablen de religiones no cristinas, sean ateos o gusten de la crítica política, 5-no le den ‘like’ al menos al 99% de sus posts. Estos son fáciles de distinguir porque generalmente ponen en sus status: “haciendo una limpia [insértese aquí tono tenebroso] en el face, si estás interesado en mi amistad, mandame un mensaje privado o dale like a éste post”…


        El consciente: éste es el caso de quien de repente toma conciencia de que en el mundo hay problemas y decide hacer prédica de todo. “Es una barbaridad que a la Sele la pongan a jugar bajo la nieve, hagamos una manifestación en el partido contra Jamaica”, pero le parecen unos chancletudos de la peor calaña, miembros activos del Frente de caminatas Kamlung,  los vagabundos que van a manifestarse por mejores condiciones para los empleados de la CCSS. Se quejan de la pobreza, la inseguridad, las malas condiciones de las carreteras, pero cuando se refieren a movimientos sociales, hablan peyorativamente de comunistas, resentidos, desocupados y demás. Les gusta Pablo Cohelo, Ricardo Arjona (no podía faltar) y van a votar por Johnny Araya porque “¿si no es por él, por quién?”…


      El personaje de cuento de hadas: este es el caso de quienes ven en el Facebook la solución de sus problemas sentimentales y todo lo demás les parece un accesorio. Esta por ejemplo la que tiene complejo de Rapunzel o de Bella Durmiente y sus posts siempre van por la línea de “sé que debo tener paciencia, pronto llegara el hombre justo para mi, bello por dentro y por fuera” [insértese aquí información de contacto para aquellos sapos interesados en que la princesa los bese], o del tipo “me siento sólo, extraño tener a alguien con quien conversar”  y a este le responden sus amigos con cientos de like’s y respuestas del tipo “no estás solo, puedes llamarme cuando quieras”. Estos personajes de cuentos de hadas son los que en cuanto se consigue la parejita, encaraman en el face todas las fotos que demuestren su felicidad porque –cualquiera lo sabe- las fotos son las pruebas fehacientes de que la felicidad existe… 


        En fin, los ejemplos abundan y a usted, amable lector, sin duda ya se le habrán ocurrido muchos más. Lo cierto es que sea como sea el Facebook es un generador activo de opinión y crítica (argumentada o no) que devela nuestros más íntimos prejuicios. Sería bueno de vez en cuando meterse al Facebook con un espejo para ver desde donde estamos observando. Si hay razón o no, ya usted juzgará, lo cierto es que hay un proceso de selección/discriminación que en el diario vivir no queda tan claro como en el face, una exposición de ideologías y moralismos que de no ser por las redes sociales, muy probablemente escaparían de nuestro entendimiento. Hay sin duda una compleja (y acaso peligrosa) tiradera moral desde el muro-púlpito del Facebook.

lunes, 4 de marzo de 2013

qué más da!



podría morir ahora
qué más da!

siempre he pensado que un viento como éste
traería mi muerte
un viento o una lluvia
o los dos
qué más da!

siempre he pensado que el cansancio
y la propia resistencia
ausente
es la que habría de llevarme al hastío
siempre vi
sin embargo
con todas las esperanzas coqueteándome 
ahuyentando el viento de hoy
la lluvia
el deseo o el presentimiento
(cualquiera sabe que el deseo
es el presentimiento de la muerte)
de que la vida mía debería acabarse antes
como siempre
llegado antes
me perpetúo en el rastro que dejé en vos
pero no paso de ser el rastro
tu carne
tu deseo
tus piernas
         abiertas
qué más da!

están llorando savia de deseo
de que yo me vaya
con el viento
o con la lluvia
qué más da!

y que te encuentre contenta
en mi ausencia
contenta
saboreando con tu lengua los labios
o con los labios el deseo
qué más da!

de que me trague la muerte
de que cumpla una promesa
de que me haga texto
de que muera
o viva lejos
muy lejos
qué más da!

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